En el país del juego de la oca...

En primer lugar gracias por los comentarios, Finito. Sabes que eres tenido en muy alta estima por esta servidora. Y además, una de tus "perlitas" me sirve para traer a colación este tema. Si, si, España... el maravilloso país del juego de la oca, donde se come una y se cuentan veinte (o más, si no mira Sánchez Dragó, porque, ejem, sus proezas sexuales son ampliamente cuestionables).

La discreción es una virtud, que además de ser encomiable, es, a mi modo de ver, tanto una muestra de inteligencia como una estrategia infalible para alcanzar cualquier objetivo, o al menos los que realmente merecen la pena. Pero en ese que aquí, es un tema , que... como que no se estila, la verdad. Debe ser que en un país donde, a diario, las televisiones te venden al petardeo más bastardo como "lo más" y a la zorrita/o de turno como el summum, ser discreto no es glamuuroso.

Así pasa que luego, que el que no lo cuenta parece que es que no lo hace.

Ésto no es nuevo diréis. Claro que no. Lo que pasa es que ahora el fantasmeo está en expansión. Porque lo que era patrimonio de mi "estimadísimo" género masculino plural, ahora comienza a ser una práctica común entre las tías. Increíble de verdad. Antes era el recurso que servía para encubrir impotencias perniciosas, torpezas variopintas y homosexualidades, en base a una demostración continua de niveles alarmantes de verborrea testosterónica. Y ahora para demostrar que "soy una tía super moderna y mega liberada", también lo hacen las mujeres. Yo creo que estamos perdiendo el Norte. Si es que las cosas se pueden hacer, allá la moral de cada uno, pero no es necesario publicarlas a los cuatro vientos, porque eso, a la larga ( y, a veces, no tan a la larga) es contraproducente.

En serio, niñas y niños del mundo que lo de la Bermudez no es un ejemplo a imitar. Y es que no hace falta ser tan explicítos en determinados temas en serio, porque a la postre eso no da envidia a vuestros interlocutores, si no más bien pena, o, llegado el caso, asco. (Ay, cara mia, el día que te des cuenta).

Por último, una recomendación a mis adoradas niñas: hijas mías, os habla la voz de la experiencia, desconfiad de los niñatos que van de chulos por la vida, porque no son más que majaderos que no se han comido un rosco en la vida ( o que se lo han comido a medias, que casi es peor.) Los discretitos son los mejores y dan gratas sorpresas, muy, muy gratas. Va por ti WU.