El mundo es redondo y da muchas vueltas.

Hace mucho tiempo que no posteo nada y esto no debe ser ni bueno ni sano. No me he muerto, si es lo que algunos pensais. Nada más lejos de la realidad. Lo único que estoy inmersa en una vorágine que no se muy bien donde me terminará llevando. Es lo que tiene el comienzo del otoño, que deprime sobremanera. Eso de levantarse y ver el cielo encapotado y que no haya desencapotados que lo desencapote... pues no es que anime a nadie la verdad. Ay, donde quedará ese solecito, esa arena blanca de las playas menorquinas, ese bronceadito en la piel... Puff ahora me miro al espejo y estoy más blanca que la leche, con ojeras y con cara de pocos amigos. Si es que así... poca historia. Yo creo que en otra vida fui oso o algo asi, porque lo de hibernar me suena demasiado atractivo. Jejeje, eso de poder pasar estos meses sin asomar el hocico del amparo de mi cuevita... ¿resulta atractivo no?

Pero como no soy oso, ni ardilla, ni marmota, pues ajo y agua y currando que es gerundio. Pero vamos que al menos el derecho al pataleo (vgr. queja cibernética) siempre queda. Al menos eso.

Hablando de derecho al pataleo... creo que es un axioma universal que el género humano es incorformista por naturaleza. Somos unos eternos insatisfechos... y, en numerosas ocasiones, tremendamente contradictorios. La política es un amargo reflejo de esta verdad categórica. En España, o perdón Dios y Carod Rovira me perdonen, en la sagrada y altísima Nación de Cataluña; en Nicaragua; en los USA... están inmersos en sus respectivos campañas pre o post elecciones, según el caso. Y hete aquí, que en un proceso democrático (o como tal se denomina) en el que se supone que el pueblo elige a sus representantes al final por avatares del destino parece ser que los resultados en nada tienen que ver con el sentir popular. No sé, o es que la gente es idiota y se confunde al votar o es que lo de la democracia no viene a ser más que una etiqueta de una plutocracia encubierta.

El mundo es redondo y da vueltas... eso es cierto direis. Sí, pero con matices, no es exactamente redondo está achatado por los polos, y lo de dar vueltas, pues idem, porque no "da vueltas" sino que realiza tres tipos de movimientos: el de traslación, el de nutación y el de precesión, que hacen que en definitiva que la tierra haga bucles no movimientos concéntricos. (Es decir, que más que una peonza es un tente-tieso, cosa que a lo mejor explica el mareo neuronal de algunas personas.) Pues este mismo razonamiento extrapoladlo, aplicadlo a la política y entendereis lo que quiero decir.

Y eso sí, siempre hay quien dirá que la Tierra no se mueve, sino que es el resto del Universo.