¿Libertad de expresión? Y eso qué es lo que es...
viernes, septiembre 29, 2006
¿Libertad de expresión? Y eso qué es lo que es...
¡Cuánto hay que aprender de la naturaleza y de los animalitos! Pero como eso no lo voy a hacer ... pues nada, nada. La cabeza alta, el ceño fruncido y a hacer amigos, que no hay como estar de mala leche para que la gente venga con cualquier cuestión estúpida y pueril a tocarte los wevs. Y es que claro, no hay como tener dolor de cabeza para que a tu compañero se le ocurra ponerse a aporrear la mesa al ritmo (¿?) de Paquito el Chocolatero en Do menor. O ese día que estas jodido del estómago, y a tus amigos les apetecfe ¡oh, fatalidad! ir a comer al mejicano, y claro tú como eres un machote no vas a decir que no por un simple amago de úlcera. Y es que la convivencia es complicada... lo mejor ser autista y estar en una burbuja, lo malo es que así no puedes culpar de tus males a nadie... Y eso si que merece la pena, aunque sólo sea por lo que entretiene.
lunes, septiembre 11, 2006
Dalí: "Ultima cena"
En Dios, en Alá o en las flores amarillas, llamese como se quiera. Parece mentira que cuando ya estas descreído de todo y parece que nada va a salirse de la norma, la vida da una vuelta de tuerca y trastoca tu mundo completamente. Yo lo achaco al sentido del humor de Dios. Sí, yo creo que es que se divierte jugando con las pequeñas criaturitas que pueblan este planeta perdido del Universo. Y es que hay que reconocer que somos graciosos. (Y bastante tontos la verdad.)
Después de unos cuantos años de permanencia en este planeta creo que puedo afirmar plenamente que Dios estaba borracho cuando creo al hombre. Porque, si no, no se explican determinadas reacciones, ni esa fina línea, tan absurda que nos permite pasar del amor al odio, de la sensatez a la locura, de la desesperación a la felicidad. El ser humano, incluso el más cabal, es extremo en sus sentimientos. ¡Ojo! que digo sentimientos no necesariamente reacciones o pensamientos. Eso ya va en el carácter de cada uno. Pero los sentimientos y las sensaciones que llevan aparejados son extremos y nos hacen tener reacciones de lo más pintorescas.
De todas maneras, y por mi bien, espero que el Destino siga jugando conmigo muchos años. Por mí como si Dios se escojona con mi vida de continuo, porque una cosa os puedo asegurar así no me aburro nunca...
martes, septiembre 05, 2006
viernes, septiembre 01, 2006
Paris, el glamour y los teleñecos (Parte II): lo prometido es deuda